Tras un año de pandemia empieza a conocerse qué quedará en pie de la tal “nueva normalidad” y qué cosas volverán a ser como antes.
Las cosas tal vez no cambiarán tanto como la industria vaticinó a lo largo del año pasado. Desde luego, es cierto que la crisis sanitaria obligó a los humanos a pisar el acelerador en los planes de digitalización y tuvieron especial empuje el comercio electrónico, la telesalud, la educación en línea y el trabajo remoto. Pero no podemos ignorar que a veces había algo de oportunismo comercial en las profecías sobre la "nueva normalidad", especialmente por parte de los proveedores de plataformas digitales y servicios tecnológicos para actividades remotas.
Carlos Lemoine, del Centro Nacional de Consultoría, encontró que en la medida en que las cuarentenas se hicieron más flexibles o desaparecieron, algunas cosas regresaron a los días pre pandemia http://tecnivoro.com/la-pandemia-digitalizo-a-los-colombianos-o-tal-vez-no/: “Monitoreamos el efectivo y los medios de pago y encontramos que el uso de efectivo se reduce cuando las cuarentenas son más estrictas, pero aumenta cuando las cuarentenas se hacen más flexibles”, dijo el director del más riguroso estudio de apropiación digital https://www.centronacionaldeconsultoria.com/apropiacion-digital que se realiza en el país. En el consumo de radio se vio un fenómeno similar; en marzo de 2020 cayó diez puntos y en diciembre pasado tuvo exactamente el mismo nivel que tenía en 2019, porque la gente estaba nuevamente en las calles y la radio se escucha en la calle, el transporte público y mientras se conduce el auto.
El comercio electrónico tuvo un pico maravilloso el año pasado, debido a los confinamientos obligatorios, y durante el presente año registra una leve reducción, que era de esperarse. Las compras en línea estaban rezagadas en la mayoría de los países y de repente, en 2002 una masa enorme de personas compraron por primera vez mercancías en la Web. En Colombia las ventas realizadas a través de comercio electrónico ascendieron un 30,6 por ciento, pasando de los 22,2 billones de pesos a 29,05 billones entre 2019 y 2020, según el más reciente reporte de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico. En cuanto a las transacciones, ascendieron un 86,2 por ciento, pasando de 119 millones de transacciones en línea a 222,7 en el mismo periodo.
El mismo informe señala, no obstante, que de acuerdo con las más recientes proyecciones de eMarketer, el crecimiento mundial del comercio electrónico en 2021 será de 14,3 por ciento, siendo menor al registrado en el año 2019 (20,2 por ciento) y en el año 2020 (27,6 por ciento). Para el caso colombiano, la CCCE estima que en 2021 el comercio electrónico en Colombia mantendrá una tendencia cercana a la observada antes del inicio de la pandemia, alcanzando un crecimiento de 16 por ciento.
Nuevamente, como señalamos para el caso del trabajo y las oficinas, se impondrá el modelo híbrido: compras en tiendas físicas y compras online. Las estrategias de omnicanalidad ahora son más importantes y solucionan muy bien esa combinación que los consumidores quieren mantener. El informe de la CCCE lo resumen así: "Los consumidores retornarán gradualmente a los comercios físicos, sin embargo, continuarán realizando compras digitales en el año 2021".
Un informe de DiDi, la popular plataforma de movilidad revela que durante el presente año la reapertura de los establecimientos comerciales y restaurantes ha incentivado un mayor número de solicitudes de servicios de transporte hacia estos lugares. El aumento de recorridos a dichos destinos aumentó 7 puntos porcentuales en Bogotá; 3 en Medellín; y 5 en Cali, durante el mes de febrero.
La situación en la educación
Un estudio de Edutic indica que, de momento, solo Colombia y México se han planteado en términos prácticos el retorno a las aulas. En el caso colombiano 160 instituciones de educación superior ya habían desarrollado sus modelos de alternancia durante el 2020, y 148 ya estaban retornando gradualmente a los laboratorios prácticos, hasta que el segundo pico de la pandemia, hizo postergar los planes de retorno.
Enrique Camacho, de eSource Capital, una compañía con experiencia en implementaciones de GSuite y herramientas para el trabajo remoto, explica que "una de las ventajas que nos dejaron las cuarentenas, es que los niños ahora quieren ir al colegio y que muchas personas dicen ahora "quiero volver a la oficina porque estoy trabajando demasiado". "Lo que creo que va a ocurrir es que la gente va a trabajar dos o tres días en casa y el resto en oficina. No los extremos, no los péndulos, sino una fórmula intermedia", agrega.
Camacho, que cree en las ventajas que proporciona la tecnología para el crecimiento de la productividad y de los negocios, opina que la adopción de tecnologías debe tener como meta hacer más felices a las personas. Él tiene una ecuación para medir lo que denomina IAV (Índice de Aprovechamiento de Vida): IAV = 1 - PHD donde PHD significa Porcentaje de Horas Desperdiciadas en actividades que no agregan valor, entre las que menciona ir hasta el banco a depositar dinero y el tiempo de desplazamiento en las congestionadas calles de nuestras ciudades. Esos desperdicios pueden eliminarse con tecnologías que faciliten las actividades desde casa. "Un empleado puede ganar hasta 8 horas al mes, es decir, dos semanas al año, solo con eliminar el tiempo de desplazamiento hasta la oficina", explica Camacho. Pero admite que "todos los extremos son malos", y señala los peligros de reducir el trabajo colaborativo a plataformas de chat, correo o teleconferencias, sin encuentros personales.