Podrían transformar radicalmente el ecosistema financiero mundial. La crisis mundial por el coronavirus parece que es una oportunidad para el bitcoin.
Por Álvaro Montes
El bitcoin vale, al momento de escribir esta nota, 6.473 dólares. Es una tercera parte de su máximo precio histórico, alcanzado hace dos años (diciembre de 1917) de 20.089 dólares, y es más de mil dólares menos que el precio que tenía al finalizar el año pasado, antes de que estallara la pandemia. El coronavirus afectó el valor de las diferentes criptomonedas en hasta un 30 por ciento, pero hay discusión entre expertos acerca de cómo saldrán libradas las criptomonedas después de esta crisis. Para algunos, lo que hay es una gran oportunidad de posicionarlas, especialmente al bitcoin, como una alternativa sólida frente al dólar, pues está demostrando un interesante nivel de estabilidad en medio de una situación financiera mundial inestable y crítica.
Cada día se realizan, en promedio 309.000 transacciones en bitcoin en todo el mundo y, tal vez el dato más relevante, en este momento hay 11.371 millonarios del bitcoin, es decir, personas con más de un millón de bitcoins.
Las criptomonedas siguen de moda y constituyen una amenaza para las bases del sistema financiero internacional. Si empresas tradicionales de taxis perdieron su hegemonía en el negocio del transporte cuando apareció Uber y demás startups de la economía colaborativa, los bancos temen perder el control del negocio de la moneda, con una posible consolidación de las criptomonedas, que representan más o menos lo mismo que Uber o que Airbnb: formas disruptivas de negocio, que sacuden a los modelos tradicionales, descentralizan las operaciones y podrían dejar por fuera de la fiesta a los grandes jugadores de la economía tradicional.
Ha ganado tanto interés que grandes empresas dieron pasos hacia el bitcoin. La crisis del Covid-19 ha puesto una pausa a los planes que el año pasado estaban en lena marcha, pero vale la pena recordarlos. Facebook hizo este año el anuncio más inquietante, al presentar su proyecto de criptomoneda llamado “Libra”. El interés de Facebook en esta materia es claro: Las redes sociales del futuro serán espacios para el comercio electrónico, en donde los usuarios hacen casi todo, desde pedir un taxi hasta recibir atención médica, sin salir nunca de allí, como ocurre con WeChat en China. El anuncio de una criptomoneda que competirá con el bitcoin y con Ethereum, realmente conmocionó a la economía digital, por el alcance de Facebook con sus más de dos mil millones de usuarios. El bitcoin es la criptomoneda más famosa basada en blockchain, y Facebook lanzará una similar a mediados de 2020. ¿Qué gana? Si sus más de dos mil millones de usuarios la utilizan regularmente, una parte significativa de las transacciones de comercio electrónico mundiales pasarán por allí, así como los giros de remesas y los pagos en línea para multitud de servicios. Transcurrirán décadas antes que bitcoin alcance semejante importancia en la economía global, pero Libra podría lograrlo rápidamente, debido al poder de Facebook. Al menos ese es el plan. El asunto se ha enfriado un poco. Europa rechazó el proyecto y algunos socios fundadores de Libra se retiraron, pero Facebook continúa con su proyecto.
Y otro anuncio, tal vez más impactante, lo hizo a finales de 2019 la República Popular China. El banco central de ese país hizo oficial que,tras cinco años de desarrollo, su moneda digital está lista y saldrá pronto a los mercados. Sobra mencionar cualquier cosa sobre el impacto de China en la economía mundial, así que la trascendencia del ingreso del gigante asiático al mundo de las criptomonedas es de tener muy en cuenta.
Estos anuncios de países que oficialmente ingresan a la producción de criptomonedas propias guardan distancia con los principios originales y románticos de los fundadores del movimiento. Cuando Venezuela creó su criptomoneda, lo hizo atándola al precio del petróleo. China explicó que su criptomoneda tendrá doble supervisión, una por el Banco Popular de China y otra por los bancos comerciales del país. Todos buscan solucionar el grave problema de las criptomonedas: su inestabilidad. En los principios originales, las criptomonedas no están atadas a ningún respaldo convencional, como oro, petróleo u otras monedas reales. Por eso bitcoin es tan inestable, porque su valor depende exclusivamente de oferta y demanda. Pero eso ha demostrado un nivel de volatilidad enorme y ningún país quiere exponerse a tal fluctuación. Así que, enfoques más prácticos que románticos han tomado auge.
Con los enromes cambios que tienen lugar en el mundo económico actualmente, sumados a la insatisfacción de la gente por el desempeño de los bancos, no es loco pensar que las criptomonedas, con el bitcoin a la cabeza, adquieran enorme importancia en el futuro. De hecho, el bitcoin cedería su lugar a nuevas criptomonedas, menos ortodoxas pero más sólidas, creadas por grandes compañías tecnológicas o por naciones poderosas. Amazon y Google, tan involucradas en el comercio electrónico en línea, podrían sumarse a esta tendencia. David Vindell, director en Europa de Hill & Knowlton Strategies, considera que "sin duda alguna, la predicción es que en los próximos 24 meses casi todas las compañías de GAFA (así se le dice al grupo de grandes "big tech" conformado por Google, Facebook, Amazon y Apple) tendrán una moneda digital o estarán trabajando en algún tipo de proyecto de criptomoneda.