mayo 10, 2022

Qué tan buen negocio será el metaverso

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Las inversiones en proyectos de mundos virtuales crecen como espuma. Un mercado inmobiliario, plataformas transaccionales y la venta de miles de objetos que no existen toma inusitado auge.

 
Por Álvaro Montes
 
Es prematuro estimar con certeza si el metaverso - ese mundo de inmersión 3D que se supone va a reemplazar a la Web actual - será la mina de oro que muchos inversionistas grandes de la industria tecnológica creen haber descubierto, o se desinflará como otras burbujas del pasado. Quienes pertenecen al grupo de los optimistas apuestan fuerte. Algunos fondos de inversión, como Andreessen Horowitz, financian Open Sea y KryptoKitties, los mercados más grandes de NFT (Token no fungibles). Y se sabe que Warren Buffet, Jeff Bezos y Elon Musk mueven los mercados de criptomonedas mediante inversiones enormes. Son gente de negocios con suficiente experiencia para saber en dónde pone su dinero.
 
Grandes marcas de consumo prefieren no esperar a averiguarlo, sino que decidieron poner un pie desde ahora en los mundos virtuales, aun cuando están apenas en construcción y solo un puñado de consumidores ha llegado. McDonalds presentó en marzo diez solicitudes ante la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos para cubrir servicios en los metaversos. Estamos hablando de restaurantes de la popular cadena, en los que jugadores del mundo virtual podrán reunirse, hacer comunidad y departir con otros mediante avatares, "sentados" como si estuviesen en el McDonalds de la esquina. La empresa registró el derecho a realizar conciertos bajo las marcas McDonald's y McCafé, por lo que cobrará el tiquete de entrada, pagadero en criptomonedas.
 
Waltmart, la poderosa cadena minorista norteamericana anunció en enero pasado sus planes para la futura era de Internet, que incluyen una criptomoneda propia y una colección de tokens no fungibles.
Nike ya registró zapatillas y ropa deportiva de su marca para venderlas en un mundo virtual propio que planea construir, bautizado Nikeland, en asocio con uno de los metaversos más avanzados del momento, Roblox. En Nikeland habrá campos de juego y torneos paralelos al Mundial de fútbol y al Super Bowl. Si tu equipo es eliminado en el mundo real, podría salir campeón en la versión virtual.DENTRO DEL BLOG
 
Los pronósticos sobre el valor del futuro mercado de la virtualidad son todavía aventurados. La compañía de capital de riesgo Epyllion estima que en diez años su valor sería de entre 10 y 30 billones de dólares. Transacciones en criptomonedas, compra y venta de NFT, suscripciones a los mundos virtuales, consumo de vestuario y avatares, entradas a conciertos en línea, así como la venta de cascos, gafas de Realidad Virtual y otros dispositivos necesarios para disfrutar la inmersión 3D, hacen parte de esa hipotética quimera del oro.
Ya hay empresas vendiendo cosas, y a precios increíbles. Alguien compró en diciembre pasado un yate virtual por 650.000 dólares. Lo mismo que puede costar un yate de verdad. El comprador anónimo pagó esa suma en el metaverso The Sandbox, en donde varias empresas hacen negocios inmobiliarios increíbles, vendiendo apartamentos, lotes y playas.
 
La gran mayoría de consumidores que pagan tan asombrosas sumas por objetos que no existen y por títulos de propiedad sobre mercancías que en realidad no poseen, lo hacen aspirando a revenderlas en el futuro, con un margen a favor que podría ser enorme, si la burbuja del metaverso crece exponencialmente, como algunos vaticinan. Todos se inspiran en los primeros compradores de bitcoins, por allá en 2012, que los adquirieron a cambio de un par de dólares, sin imaginar que un bitcoin llegaría a cotizarse en 66.000 dólares en 2021.
 
Nadie quiere quedarse por fuera de la fiesta. Gap, Under Armour, Ralph Lauren y Abercrombie & Fitch registraron marcas en las últimas semanas, que evidencian sus intenciones de abrir negocios virtuales en los metaversos, para aprovechar nuevas fuentes de ingresos.
 
También hay emprendedores colombianos explorando el mercado de los mundos virtuales. De momento el interés está puesto en los NFT. Metaskin Studios, una empresa desarrolladora surgida en Medellín inició operaciones en 2021 y construye edificios para el metaverso canadiense Decentraland, y vende avatares para interactuar en dicho universo. Con menos de un año de operación, ha vendido más de 2.000 avatares mediante el modelo NFT.
 
El futuro que las grandes tecnológicas tratan de construir ofrece oportunidades de negocio para casi toda la industria digital actualmente consolidada. Fabricantes de gafas y auriculares de Realidad Virtual y Realidad Aumentada; de tarjetas gráficas muy poderosas; desarrolladores de aplicaciones para los metaversos; plataformas financieras para transacciones con criptomonedas, y mucho más. Meta, el nuevo nombre de la compañía propietaria de Facebook, tiene al menos tres modelos de negocio en desarrollo: sus dispositivos Oculus para RV, el escenario virtual Horizon World y las comisiones que ganará en la tienda de app para dicho escenario, comisión que ya estableció en 45 por ciento del ingreso del desarrollador. Más que lo que cobran Apple y Google en sus tiendas iOS y PlayStore.
 
Colombia y Latinoamérica no ingresan todavía en la senda del metaverso. Las velocidades de conexión promedio en la región distan todavía de los 100 megas usuales en algunos países asiáticos y en Estados Unidos, primera condición para pensar en el metaverso como negocio de gran escala. Pocas empresas han explorado posibilidades puntuales en relación con el uso de Realidad Virtual y Realidad Aumentada, pero están a tiempo, porque el impacto del metaverso como negocio global no se espera antes de una década.
Alvaro Montes
Alvaro Montes