abril 23, 2020

Fintech

IMG-BLOG-FINTECH-En plena crisis por el virus y la cuarentena, las startup colombianas que prestan dinero en línea y en pocos minutos pueden ser una interesante alternativa. Lo bueno y lo malo de este modelo crediticio. ¿Servirá para lograr la tan anhelada inclusión financiera que los bancos no han logrado?

Por Álvaro Montes


Hay expectativas grandes sobre el impacto que puedan tener los numerosos emprendimientos que ha surgido recientemente alrededor del microcrédito en línea. Rapicredit, Addi, Lineru, Credissimo y Credicity son algunas de ellas, que ofrecen préstamos en quince minutos, sin codeudores, sin estudios del historial, sin tonterías. Una verdadera alternativa para millones de colombianos que se encuentran por fuera del sistema crediticio tradicional por diferentes razones.

La inclusión financiera - esto es, llegar a más personas de un país con servicios y productos financieros formales - es una de las urgencias de la economía colombiana. La tasa de bancarización es del 50 por ciento, pero no todos los que tienen una cuenta la utilizan, así que, en términos prácticos, la porción de colombianos por fuera del alcance de los bancos es mayor. Es conocido que la banca colombiana es conservadora, y establece serias restricciones al crédito, excepto a la línea de vivienda, por ser de mayor plazo. En la calle es usual escuchar a la gente diciendo que "los bancos solo le prestan a los que tienen dinero".

Al finalizar 2019, se vivía una pequeña explosión de fintech (emprendimientos financieros de base tecnológica), tanto locales, originadas aquí por emprendedores colombianos, como globales, que tras su éxito en Europa han puesto sus ojos en Latinoamérica. Para acceder a sus servicios solo se requiere la cédula, indicar la fuente de ingresos y disponer de una cuenta de ahorros a nombre del solicitante del crédito. Al día siguiente, a más tardar, el crédito está aprobado y el dinero en la cuenta. Los montos son pequeños, desde 100.000 hasta 700.000 de pesos. La primera vez que un usuario solicita el crédito no le aprobarán más de 250.000 o algo así. Pero ese es el rango de préstamos que demanda con urgencia la colombianidad, en el día a día. Un reporte de Colombiafintech indica que el 40 por ciento de las personas que han utilizado estos servicios en línea, escaparon del oscuro mundo de los "gota a gota", los agiotistas callejeros a los que miles de colombianos acuden obligados por la necesidad. De modo que el primer beneficio que podría traer esta ola de microcrédito en línea es el fin, o cuando menos la reducción muy significativa, de los gota a gota en el mediano plazo.

El año pasado, estas fintech otorgaron más de  800.000 créditos por más de 300.000 millones de pesos. Una cifra importante. Lineru y Rapicredit concentran el 90 por ciento del negocio, pero recién entró a operar en el país la multinacional Credissimo, con base en Bulgaria. En total, hay 16 empresas de este tipo operando en Colombia.

IMG-FINTECH-TXTEl costo del crédito es alto, a veces llega a ser del 25 por ciento, más que el de los bancos. Pero menos que el de los gota a gota, que ronda en promedio el 180 por ciento. Y el plazo es reducido, un mes en promedio para los créditos más pequeños.

Para las fintech es un buen negocio. Credissimo, la compañía búlgara, ha colocado créditos en total (en los países en los que opera) por 117 millones de euros y ha recaudado 151 millones de euros.

Hay una startup, creada en Medellín, enfocada en préstamos para pequeñas y medianas empresas. Semply ha otorgado créditos por 16.000 millones de pesos en total, para 120 pymes. Los préstamos oscilan entre 30 millones y 600 millones de pesos. Los créditos pequeños son para capital de trabajo y los grandes, de 600 millones, para activos fijos. Utilizan plataformas de análisis inteligente del riesgo, que incluyen el monitoreo de más de 300 variables, lo que les permite aprobar los créditos con un razonable margen de confiabilidad. En el caso de los créditos personales, las fintech utilizan algoritmos que determinan los montos a prestar, como por ejemplo, nunca prestan más del 35 por ciento del ingreso de cada usuario.

La llegada de los préstamos en línea abre nuevas posibilidades: Una es que los usuarios, en la medida en que su comportamiento en estas plataformas es puntual, ganan una mejor calificación para acceder a los crédito más grandes y de plazos más largos del sector financiero tradicional. Los primeros reportes de las centrales de riesgo indican que la conducta de los usuarios es ejemplar; los pagos son puntuales y la cartera de estas empresas es sana. También se abren oportunidades para hacer alianzas de estas fintech con los bancos. De hecho, ya existen algunas, que les permiten a las grandes instituciones financieras tradicionales llegar a segmentos de población a los que de otro modo jamás podrían llegar. Y, por último, es una oportunidad para el Estado de crear política pública financiera novedosa, actualizada a los tiempos de la economía digital, y que asuma la disrupción que estos emprendimientos traen, como una alternativa a provechar y no como un problema.

El crecimiento de estas fintech será exponencial. Un estimativo reciente indica que el sector crecerá más de 700 por ciento en los próximo diez años. Sin filas, sin turnos, sin papeles ni codeudores, los colombianos pueden acceder a pequeños créditos, de tasas altas y plazos cortos, pero que los sacan de apuros sin tener que recurrir a los agiotistas callejeros. Las fintech traen vientos refrescantes al sector financiero.

Alvaro Montes
Alvaro Montes